Romeo es un gatito que nació con una deformidad que lo hace
diferente. Por eso nunca recibió amor, ni nunca tuvo unos dueños cariñosos.
Decían que era “muy feo” y no lo querían. Hasta ahora, porque el amable
personal del santuario Compasión Animal en España le dio a este adorable gatito
la oportunidad de tener alguien a quien querer. Y tras esto, la vida fue mucho
mejor para él.
“Decían que nadie lo quería porque era feo. Pero para nosotros
Romeo no es feo, es un gatito adorable al que le gusta jugar como al resto de
los gatos. Y son sus diferencias lo que los hace especiales,” dijo un portavoz
del santuario a The Dodo.
Durante todo este tiempo, este gatito naranja fue tan bueno como
cualquier otro gato: juguetón, cariñoso y adorable. Solo hacían falta algunas
buenas personas que pudieran ver eso.
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