Judy Obregon iba en su auto a ver a su suegra cuando vio en la
carretera lo que parecía una zarigüeya muerta. Por fortuna, la pequeña criatura
levantó la cabeza. Esto hizo que Judy se acercara a ella y pudo ver que la
zarigüeya no solo estaba herida probablemente por un disparo una pistola de balines, sino que también
estaba preñada.
“Sabía que no podía irme sin más,” dijo Obregon a The Dodo. Colocó a la
zarigüeya en una caja y la llevó a casa de su suegra hasta que llegó Tabatha,
una rehabilitadora de animales salvajes. “No intentó morderme ni una vez,” dijo
Tabatha. “Sabe que estoy aquí para ayudarla, no para hacerle daño. Creo que
tiene posibilidades.” La pobre zarigüeya estaba asustada pero se abrazó al
marido de Tabatha buscando seguridad.
Rescatar a la zarigüeya, a la que llamaron Angel, “no fue algo típico,
porque suelo rescatar perros y gatos.” Mencionó, Obregón es la fundadora de un
centro de rescate animal en Fort Worth, Texas, y explicó que “esto está fuera
de lo ordinario para mí, pero no lo habría dejado de hacer. Es un animal vivo,
y su corazón latía cuando la encontré.”
Cuando Angel recupere la salud, será liberada en una propiedad de 60
acres en la que está prohibida la caza.