Cassidy Williams menciona que adoptar a Dood fue una
aventura desde el principio. Ella vivía con sus padres quienes creían que no
podían vivir con una mascota, así que los engañó al principio hasta que ellos
también se enamoraron de Dood, y Cassidy pudo llevarlo a vivir permanentemente
a la casa familiar en Utah.
En ese entonces, Cassidy era una adolescente y Dood, apenas
un cachorro. Ambos fueron compañeros inseparables y crecieron juntos.
A los 29 años, Cassidy decidió casarse con su prometido,
Matthijs, en Manzanita, una ciudad costera en Oregon en la que estaban
residiendo temporalmente.
Cassidy llamó a sus padres para comunicarles de su
compromiso, lo que nunca se imaginó era la terrible noticia que parecía estar a
punto de empañar su felicidad.
Dood tenía cáncer, y era terminal. Todos, en Utah y en
Oregón, intentaron dar pelea a la enfermedad y averiguar qué podían hacer:
tratamientos convencionales, medicina alternativa, y hasta aparentes curas
milagrosas. Pero desgraciadamente la enfermedad ya no podía curarse.
Sin embargo, esto no los hizo darse por vencidos. Al
contrario: tuvieron una gran idea.
El padre de Cassidy, tenía programado un vuelo para la
boda, cancelaría el pasaje, y haría el viaje de 13 horas desde Utah a Oregón en
coche, llevando a Dood consigo.
De esa forma, Dood y Cassidy podrían reunirse para una
última despedida. Pero eso no era todo: Dood se encargaría de llevar los
anillos de la boda, y además, podría conocer el mar.
"Dood siempre ha vivido en una pequeña burbuja",
dijo. Nunca había estado fuera de su estado natal de Utah antes.
La experiencia no fue fácil, pero valió la pena. Al
principio, Dood no estaba seguro de qué hacer, pero cuando se acostumbró al
agua, tuvo el mejor momento de su vida.
"Era tan feliz, tenía tanta energía", dijo
Williams.
Este fin de semana, Williams se dirigía a su casa para
decirle adiós a Dood.
Aunque Williams y su familia tenían el corazón roto
por la pérdida de su perro, los momentos, las imágenes y la reacción de Dood
"no tienen precio